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PROVOCACIONES EN EL 1º CICLO DE INFANTIL

Quien sepa un poquito de mi, sabrá que trabajo en el primer ciclo de infantil, en un aula de 1 a 2 años concretamente. Es aquí, donde empecé a poner en práctica las provocaciones al estilo Reggio Emilia que tanto me gustan.

¿Qué es una provocación?

Una provocación, siguiendo su definición según la RAE, es la acción de provocar. Traducido al enfoque Reggio, podríamos decir que:

son propuestas de actividades con la intención de provocar, incitar, invitar a los pequeños a la exploración, el descubrimiento y la acción.

Tenemos que tener en cuenta que para este enfoque el niño juega un papel primordial. Se ve como un niño capaz, dueño de su aprendizaje que co-construye con el ambiente y el adulto.

El adulto, sigue un papel de mentor, pero también de aprendiz, que observa y escucha a los peques. Se encuentra en constante formación.

Y el ambiente es un elemento más del aprendizaje. Hablan de la belleza como un derecho y la creatividad como una cualidad innata de todo ser humano. De ahí, que cuando observéis imágenes propias de este enfoque notéis la presencia de la estética, la colocación de los objetos cuidada, las formas, los colores y el material que utilizan.

Todo nos invita a participar, a querer tocar, vivirlo, sentirlo. De hecho, el tipo de material (natural y reciclado, por lo general) y el cómo lo colocamos, forma parte de uno de los pilares de la pedagogía del asombro.

¿Qué materiales utilizo?

La verdad es que no hay un material estipulado para su creación. Podríamos decir que «todo vale». Como os decía anteriormente, priman los materiales reciclados y naturales. Por ello, las propuestas están abiertas a la imaginación de quien las crea. Así como a las necesidades sensoriales, motoras y cognitivas que necesite cada niño en ese momento.

¿No es fantástico?

En el aula suelo buscar elementos naturales que les aporten experiencias sensoriales enriquecedoras. Pero también, utilizo elementos reciclados. Te dejo algunos ejemplos:

Elementos naturales: piñas, piedras, conchas, ramas, hojas, frutos secos (con cáscara), palos, arena, tierra, agua, flores, madera, alimentos ….

Elementos reciclados: botes, cuencos, botellas, tapas de plástico y de metal, cucharas, papeles, cartón, telas…

Otros elementos: Algunas veces añado fotografías, imágenes, elementos reales mezclados con otros más abiertos, luces …

¿Cómo lo preparo?

En mi centro se trabaja por centros de interés en forma de «proyectos». Me explico: Cada trimestre seleccionamos una serie de temáticas que creemos que pueden interesar a los peques. Luego, cada profe lo trabaja a su manera dependiendo la edad de su aula. Como mi aula es de 1-2, el trabajo por proyectos (tal y como se conoce) no puede ser.

¿Qué hago yo? Observo. Observo muchísimo a cada uno de mis bichitos. Y de esa observación, voy deduciendo qué les interesa, qué necesitan, qué buscan, etc.

Conociéndoles y teniendo claras sus necesidades, adapto las provocaciones utilizando materiales que se relacionen con la temática que nos toque. Por ejemplo, si estamos con el otoño, aprovecho para añadir hojas secas, palos, piñas, etc. Si estamos trabajando los animales: barro, cuencos, agua, etc.

¿Cómo lo presento?

En este punto tengo muy en cuenta la estética y la colocación de los materiales. Busco que sea visualmente atractivo para invitarles a acercarse. Suelo colocar los elementos formando mándalas o creando alguna composición. A veces, coloco los elementos clasificados (todos los tapones juntos, los corchos juntos, los rollos juntos) y otras por grupos que contengan un elemento de cada (un tapón, un corcho y un rollo).

La mayoría de las veces lo presento en el suelo del aula. Otras veces, utilizo sólo la alfombra para delimitar el espacio. Si quiero delimitarlo más y considero que manipularán mejor de pie, lo presento en mesas.

¿Cuál es mi función?

Observarles. No les invito al juego, no les digo qué tienen que hacer, no les hago demostraciones, ni mucho menos dirijo el juego. Les dejo que se acerquen (si les apetece), manipulen, creen e investiguen por si solos.

Mi papel es de mera observadora, capturando momentos con vídeos o fotos para documentar y posteriormente escribiéndolo en mi cuaderno. Y disfrutar de verles libres, creando, imaginando y creando sus propios aprendizajes.

¿Cuándo acaba el juego?

Cuando ellos consideran. Son libres de empezar y acabar cuando les apetezca. Hay provocaciones que han durado 5min y otras con las que hemos estado 30min. Depende de sus intereses, las ganas y lo que le aporte la provocación en ese momento.

Al ser una actividad abierta, no necesita llegar a un fin concreto. No hay meta, ni creación final.

Espero que os haya gustado mi aportación.

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Esta entrada tiene un comentario

  1. Chelo

    Me ha encantado yo también trabajo con peques de 0_3 años y pondré en práctica las provocaciones. Gracias 😘